
Sombreros
¡Nada de eso! Olvídate del mito de que hay que tener "cara para sombrero". Con tantas formas y estilos, hay un modelo perfecto para cada persona. Y con más de 1.500 diseños cuidadosamente seleccionados, seguro que encontrarás el que mejor se adapte a tu estilo y personalidad. ¿Listo para descubrir el tuyo?
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La Historia del Sombrero
¡Los años locos, la edad de oro del sombrero!Elemento ineludible del siglo XIX, ¡el sombrero era el accesorio clave de todo vestido en las reglas del arte! En efecto, en aquella época, salir con la cabeza descubierta era sinónimo de falta de educación, aún peor, de pertenencia a una clase social inferior.
Antes de la Primera Guerra Mundial, la actividad de los creadores, los modistos, era en plena expansión. Aun podemos citar algunos quienes marcaron la profesión. Caroline Reboux, las hermanas Legroux, Lewis y muchos otros más.
Habían monteras todas más voluminosas los unos como los otros y compuestos de plumas de varios centímetros, de cintas, de nudos, de flores… La moda se representaba con el sombrero cargado con más floritura: cuanto más había, más bonito y elegante resultaba, y más elevada era la posición social.
Como habrán ustedes comprendido, se apreciaba entonces mucho confeccionarse su montera a medida por un modisto y luego salir con el sublimando maravillosamente su guardarropa.
En 1920, ocurrió la revolución en el mundo de la moda, y por extensión, en el mundo de la sombrerería. Se abandonan los corsés, los vestidos muestran un estilo más minimalista…pero esa década marcó la llegada de la creadora la más grande que la moda haya visto jamás: Gabrielle Chanel. Pues sí, fue como Modista y sombrerera que la que se apodaron Coco Chanel empezó. Sus sombreros eran la imagen del conjunto de su obra: chics, discretos, sofisticados y minimalistas. Nada menos para describir las creaciones sublimas de Gabrielle Chanel.
¡Desde los años 50 hasta hoy, de la disminución a la renovación!
A partir de los años 50, las cabezas se descubrieron más y más. La democratización del automóvil fue seguramente una de las causas principales. Instalado perfectamente en una carcasa metálica y hermética, ¿por qué cubrirse la cabeza? El sombrero se convierte pues en un accesorio de gala o un capricho de artista. Todo un sector se encuentra afectado entonces. Fábricas, talleres y modistos cerraron unos tras otros.
Hoy en día, el sombrero sube de nuevo en el escalafón. Se reinventa pero guardando siempre sus fundamentales. Se vuelve poco a poco a recobrar su importancia de siempre: el punto final de un traje, la afirmación de un estilo, el toque de elegancia o el elemento esencial para sublimar su look.